Sucesiones

El tema de los últimos días de campaña se ha trasladado a la Moncloa. La pregunta es la misma, el sujeto al que se refiere otro. Antes era sacar a los indignados de Sol, ahora... Desalojar a Zapatero de su palacio.

Por un lado esta la oposición, deseosa, como por otra parte es lógico, de que se vaya, para entrar ellos. Han estado sentados, esperando, sin hacer nada, o casi nada porque la mano al saco se les va como a los otros. Siguiendo las teorías de Sun Tzu. Sentados a la orilla del rió hasta que el cadáver de su enemigo pasara flotando. Y paso.

Pero surgen del otro lado enemigos nuevos, que estaban agazapados y que reclaman su posibilidad de optar a cuotas de poder más altas. Parece que desde las filas socialistas también han decidido que corre prisa hacer hueco para entrar otros. Es un paso mal calculado.

Tomar ahora las riendas del partido socialista es convertirse de la noche a la mañana en un cadáver político. La última vez que esto paso, de hecho, surgieron dos cadáveres. Borrell y Almunia.

Le mueven la silla, insinúan, afirman, dejan caer un si fuera yo... pero no soy... y quieren hasta cargarse las primarias.

Tanto reluce el trono? Tanto atrae?... Mi tesoro...