Debemos Recuperar el Norte

EL HECHO

Al menos 12 personas han muerto en un atentado contra un semanario satírico francés y otras tantas permanecen heridas, algunas de extrema gravedad, perpetrado por islámicos radicales en el nombre de Alá. Este atentado viene a responder a las llamadas por parte de muchos dirigentes religiosos islámicos para vengar a Mahoma por las caricaturas que el semanario publicó.

El atentado ha sido ejecutado con preparación, gran frialdad (ejecutando a los heridos en el suelo) y con toda la precisión posible. Los terroristas, según algún testigo hablaban perfecto francés y conocían el nombre de sus victimas.

LA SITUACIÓN

En este momento en occidente (democracia) hemos perdido la batalla contra todas las ideologías totalitarias que nos acechan, populismo, socialismo, fascismo... pero la más peligrosa de ellas, la que más terreno ve ganando, la que esta más preparada y avanza sin descanso desde los 70 es el radicalismo islámico

El islam es, cada día que pasa, una religión más radical en más partes del mundo, en más personas practicantes. Al revés que el resto de las religiones, cada día se aleja más del respeto. Más personas seguidoras de la misma se vuelven integristas. A pesar del buenismo y los intentos integradores, no fue nunca una religión conciliadora, pero tuvo momentos antes de este nuevo brote radical, antes de los 70, donde el radicalismo se había relajado y se veía una confluencia con el respeto a los derechos humanos.

No podemos engañarnos, si hoy en día elimináramos todos los conflictos y terrorismos que genera esta religión en el mundo, el mundo sería un lugar casi en paz. El nivel de violencia se reduciría a su mínimo en la historia de la humanidad.

EL FUTURO

En este momento, solo se vislumbran dos escenarios posibles. El más probable es el que nos lleva a que poco a poco el Estado Islámico es más grande y más temible, el que genera cada vez más violencia en todos los puntos del mundo con conflictos generados por radicales islámicos. En el que se secuestran más niños en África para convertirlos en terroristas, más niñas para que sean prostitutas. Se extermina más católicos y gente de otras religiones y además, se genera cada vez más terror en los países occidentales por parte de radicales patrios, descendientes de inmigrantes islámicos que han descubierto que sus nuevos países no son el paraíso donde pueden hacer lo que quieren y se vuelven radicales.

Esta clase de islamismo radical practica toda clase de perversiones, decapita, viola, mata, tortura, esclaviza, aterroriza... Pero tampoco podemos ser unos hipócritas, algunos peldaños por debajo, islamistas menos radicales, tienen sometidas a sus niñas y a sus mujeres, las obligan a vestir prendas que las enjaulan, las dan pocos más derechos que a sus mulas... y estos también viven entre nosotros.

El otro escenario, el deseable, es que nuestros estados, nuestras democracias se levanten de una vez por todas contra este tipo de salvajismo medieval, y hagan cumplir sus constituciones por encima de todas las demás cosas.  Si hay que ir a combatir al Estado Islámico,vayamos. Si hay que exigir a los países árabes y musulmanes un respeto para el resto de religiones hagamoslo.

Pero sobre todas las cosas, en nuestra casa, en nuestro territorio, en nuestros países, hay que vigilar a los radicales islámicos y encarcelarlos. A los que preparan atentados y a los que los piden desde las mezquitas, Pero vayamos más lejos, a los que viven en nuestros países hay que exigirles que respeten nuestras leyes, que respeten a sus mujeres e hijas como nos exigimos a nosotros mismos, que vivan según nuestro modelo democrático y si no, que vivan en otro sitio.

No es tolerable ninguna religión o grupo político que esclavice, que aleccione contra la democracia, que no viva bajo las reglas de respeto a la ley y a los derechos humanos y que además quiera cambiar nuestra forma de concebir nuestras normas, que recordemos una vez más, son las únicas que han llegado a este nivel de respeto por el ser humano.

Hoy todos somos Charlie Hebdo, pero mañana se nos olvidará. Nos jugamos mucho. Nos jugamos todo lo que hemos conseguido hasta ahora. Y ningún bastardo, con una concepción torticera de su dios, nos lo puede arrebatar.