miércoles, 4 de julio de 2012

En Los Juegos Del Desconcierto

Más allá de los análisis profundos que sobre la crisis se puedan llevar a cabo. Más allá de lo difícil que sería que todos diéramos la misma solución al problema. Incluso más lejos de quien o quienes son los culpables de esta situación. Se sitúa una especie con la que tenemos que acabar. Una especie que más que depredadora es carroñera. Que vive de la infelicidad humana, del caos, de la pobreza de los demás.

Me refiero, por supuesto, a todos aquellos que encuentran su beneficio en el ataque especulativo contra países, empresas o personas en graves problemas económicos. Los especuladores que ganan si hacen perder al país contra el que juegan, a la empresa a la que atacan, o a las personas o colectivos contra los que invierten. Esta es la verdadera perversión de nuestro sistema. Un sistema capitalista, basado en leyes liberales, no tiene porque permitir este tipo de operaciones.

Libre mercado, considerado en el sentido liberal, debe ser la libertad de cada uno para abrir sus negocios, para fijar sus precios, para negociar y comprar a los proveedores que quiera. Libre mercado deben ser bancos que permitan la financiación de proyectos pensados para generar riqueza. Debe ser la creación de marcos normativos para favorecer la libre e igual competencia, que evitan el monopolio. Libre mercado no es una selva creada para que cuatro individuos o corporaciones expriman al máximo un sistema, contra los intereses de ciudadanos libres, que no tienen sus oportunidades, y que sufren sus consecuencias.

Para ello, necesitamos limitar o eliminar las operaciones a la baja. Las especulaciones contra el hundimiento de monedas, deudas y países, y lo que para mi es más sangrante, los mercados de futuros, principalmente, los mercados de futuros sobre comida y productos de primera necesidad.

Las leyes del mercado deben hacer que no se puedan realizar operaciones que garantizan el mayor beneficio cuando un tercio del trigo mundial se tira al mar. Que generan miles de millones de dolares en beneficios cuando las primas de riesgo de un país se disparan artificialmente. Que crean grandes fortunas en mercados de futuros apostando contra países que después se empujan hasta que caen, para hacer rentables esos futuros.

Una cosa es defender que el estado intervenga lo mínimo posible en la economía y otra creer que esto sirve para que el estado cree el marco normativo necesario para que cualquier operación financiera, por injusta o execrable que sea, se convierta en legal.

La economía debe ser mucho más sencilla. Tanto intervencionismo es que el estado fije el precio de las cosas, como que lo fijen grandes corporaciones que lo atacan hasta que lo colocan en el valor al que ellos apostaron en futuros.

Y junto con esta especie, podemos intentar terminar con los políticos, que entregados al servicio de los carroñeros, legislan, dejan de legislar o incluso hacen declaraciones desestabilizadoras, solo para hacer fluctuar los mercados, en favor de sus amos.

Dos ejemplo claros esta semana. Los gobiernos de Finlandia y Holanda, dejando caer que bloquearían los acuerdos últimos de la UE sobre compra de deuda soberana han agitado los mercados de nuevo (alguien se habrá beneficiado) La verdad? Ellos no tiene capacidad de bloqueo sobre estas decisiones.

Claramente podemos ver como los mercados fluctúan arriba y abajo cada vez más rápido, para que la gente o las empresas o los fondos de inversión con información privilegiada, la puedan rentabilizar más veces y más rápido. Y para esto, hace falta la colaboración de traidores entre los políticos. Se puede decir más alto, pero no más claro, nos han vendido, y lo seguirán haciendo mientras les dejemos. ES UNA VERDADERA VERGÜENZA!!

11 comentarios:

Lobo dijo...

Para el positivismo, es necesario antes el negativisimo más completo. Como buen ácrata te digo que este mundo no cambiará hasta que algo espantosamente grave suceda, y puede que ni con esas. El ser humano se encuentra en tránsito hacia no se sabe donde, pero pintan bastos.

Saludos y gran entrada, aún sumida en tu desesperación.

Lobo dijo...

Destruirlo todo, refundarlo después todo. No existe otro camino. Vamos a la guerra seguro

María dijo...

No sé hacia dónde vamos, pero lo que sí creo es hacia la catacumbe.

Un beso.

M.A.S dijo...

La única función que tiene tanto el político como la carroña especulativa financiera es servirse de la gente para enriquecerse, la única diferencia entre ellos es que el político engaña y miente. Un ejemplo: el año pasado en el ayuntamiento de Madrid, UPyD lanzó una iniciativa para rebajar el sueldo a todos los concejales y disminuir el número de coches oficiales. Todos los grupos, PP, PSOE e IU no solo se opusieron por supuesto, sino que los tacharon de "hipócritas y rastreros". Está en youtube si quereis verlo. Un saludo

Trecce dijo...

Servidores del dinero, de los poderosos. Nuestros políticos (no sólo los españoles), se han quedado en eso.

Sostrato de Cnido dijo...

Querido Lobo, una y otra vez nos muestras el camino más desastroso. Lo peor de todo es que cuando creemos que las cosas están tocando fondo se vuelven más y más complicadas. Mi miedo: Terminaras siendo el más lucido de nosotros y teniendo razón? De corazón deseo que te equivoques

Un fuerte abrazo

Sostrato de Cnido dijo...

María, necesitamos ver luz al final del tune, porque esto se hace muy largo, tedioso y despiadado. En algún sitio estará el final? Esperemos que sea pronto.

Un beso

Sostrato de Cnido dijo...

M.A.S. conozco la propuesta. Al menos UPyD los obliga a retratarse de vez en cuando.

No podemos confiar en los políticos, son realmente enemigos y no gente que trabaja para nosotros

Un abrazo

Sostrato de Cnido dijo...

Mi pregunta es si nuestros políticos, Tercce, fueron algún día otra cosa.

Un abrazo

Jesus dijo...

Estoy de acuerdo...el problema es que los neoliberales no quieren oír hablar de regulación (Mitt Romney o David Cameron por ejemplo).

Y lo de acabar con los políticos, eso es peligroso. ¿A quién pones en su lugar? ¿A tecnócratas, a gestores, a militares? No. No hay que acabar con los políticos. Lo que hay que lograr es que cumplan realmente con su programa (si no pueden, que no prometan tanto), que dejen claras las cuentas de su financiación, y que eliminen a todos los imputados por corrupción.

Saludos.

Sostrato de Cnido dijo...

Logicamente me refiero a acabar con los políticos y las formas de hacer política que tenemos ahora. Ni militares, ni tecnocratas. Democracia liberal, como la que pido en muchos de mis artículos.

Hoy en día no hay nada que salvar de la clase política que tenemos. Necesitamos gente más comprometida con la democracia que presente ideas nuevas, y que el pueblo se desaborregue y los vote.

Un abrazo Jesus